Nota principal
Donde aquellos que no tienen voz, se hacen escuchar
Villa Devoto es un barrio arbolado, con muchas casas y poca edificación, en donde se escuchan los pájaros cantar y los niños jugar. Las casas son de un estilo francés, amplias y con un jardín muy cuidado en la parte delantera. Los edificios son bajos, con 3 o 4 pisos de altura, prolijos y modernos.
En sus calles silenciosas y de árboles altos y robustos que se entrelazan a lo largo de las cuadras, se encuentran edificios arquitectónicos y de una fachada al estilo europeo.
Uno de ellos, es el Palacio Ceci, una mansión ubicada en calle Lincoln 4325, que tiene un estilo barroco y un basamento en su ingreso que le otorga jerarquía, con cuatro columnas y una escalinata en su puerta frontal propio de las Villas de Paladio. También, se distingue por sus numerosas ventanas con balcón francés y un amplio balcón en el piso superior, demostrando de esta forma, riqueza poder y status propio a la época de su construcción.
Actualmente, se encuentra deteriorado y con apariencia de un lugar abandonado, dada la falta de pintura, ventanas cerradas, plantas crecidas y una lona amarilla que cubre su frente con un texto que dice "puesta en valor palacio Ceci". Internamente cuenta con 30 ambientes diseñados con un estilo de clasicismo francés con materiales de alta calidad como mármoles de Carrara, granito, pisos, aberturas y boiserie de roble y en uno de los salones cuenta con un fresco en el techo donde se simboliza a Baco, Dios del Vino. Fue construido en 1913 por la constructora "Ceci Hermanos, Empresarios Constructores" y habitada hasta la década del ´30 por Alfredo Ceci, que fue uno de esos 5 hermanos que llegaron de Italia.
Posteriormente, se convirtió en la vivienda particular del Profesor Bartolomé Ayrolo, quien fue una eminencia del lenguaje de señas para la comunidad sorda argentina y latinoamericana. Fue habitado por él hasta su fallecimiento en 1942 y desde entonces ha sido utilizado por la comunidad sorda de Argentina. Convirtiéndose así, en la primera escuela de sordos de Argentina y la segunda de Latinoamérica. Luego de atravesar la inmensa plaza Arenales, espacio característico de Villa Devoto, se encuentra este Palacio.
Sin embargo, en este inmueble ocurre algo que preocupa a los vecinos y, principalmente, a aquellos que pertenecen a la comunidad de sordos de Argentina. Algo que inquieta a alumnos, padres y ex alumnos de la escuela, sobre el futuro de su educación y, principalmente de su identidad.
Patricia, una referente del grupo de padres, es mamá de Luciano, un integrante de la Escuela Bartolomé Ayrolo, precisamente: un ex alumno.
Luciano sufrió una parálisis cerebral de bebé, que le dejó varias secuelas, una de ellas: la ausencia de la capacidad de oír.
Cuando Patricia se enteró de que su hijo iba a ser una persona sorda la médica le dijo que no quería llanto, porque si lloraba iba a ser "por ella y no por él".
Desde ese momento, empezó la búsqueda de escuelas para que su hijo pueda empezar a estudiar, ninguna le gustaba, hasta que un vecino le recomendó El Palacio Ceci, es decir, la escuela Bartolomé Ayrolo.
Cuando llegaron a la escuela los atendió Mari, la casera, quien estuvo 45 años trabajando ahí, y quien es madre de la actual directora.
Una vez que llegaron al Palacio, empezó a crecer un vínculo muy fuerte con aquella escuela poco convencional, ya que todos los alumnos de ahí, a diferencia de otros chicos, disfrutaban pasar toda su vida cerca de ella.
Ayrolo empezó a ser su familia, su hogar. "Fuimos muy contenidos y protegidos por la escuela constantemente", comenta Patricia.
Pero a fines de febrero, una preocupación inundó los pasillos de la escuela, cuando se enteraron a través de un Tweet, publicado por el Ministerio de Cultura de la Provincia de Mendoza , que el Palacio Ceci sería la sede del Distrito del Vino.
Una Ley aprobada en septiembre de 2021 por la Legislatura porteña, la cual indica que donde actualmente funciona la Escuela de Sordos, Bartolomé Ayrolo, se realizarán actividades vitivinícolas a fin de lograr beneficios económicos.
Sin embargo, Jorge Godoy, Secretario de Educación Especial exclama: "Con respecto al Distrito del Vino no hay nada escrito. La ley que aprueba todo ese sector de Devoto, como "Distrito del Vino" es una Ley que está aprobada por la legislatura, pero esa Ley no contiene el uso del edificio Palacio Ceci para dicho fin."
La indignación de las familias, los alumnos y ex alumnos del colegio fue tan grande que llegó a los medios. Patricia, tomó el rol de representante de los padres, y recorrió varios programas de televisión y radios para levantar la voz y hacerse escuchar, para pelear por esta minoría que no oye pero se hace oír.
De esta forma, la comunidad dejaría de usar el palacio, el cual es para ellos un símbolo de pertenencia, donde se forjaron amistades, enseñanzas y su idioma. Porque más allá de la historia que tiene este palacio de más de 100 años, la relevancia para ellos tiene que ver con un lugar que aprecian como un hogar y es a donde recurren para encontrarse con sus amigos, en los buenos y en los malos momentos. Terminar el colegio para muchos otros chicos significa no querer volver nunca más allí, pero para ellos, el colegio no tiene ese significado, dado que vuelven cada vez que lo necesitan para reencontrarse con su círculo social y maestros, a pesar del paso del tiempo. Para sus padres también es un lugar de contención.
Pero todo comenzó cuando en 2015, los profesores, directores y padres de la Escuela comenzaron a reclamar por arreglos en muros, cubiertas y revoques; reparar las instalaciones de luz, gas y contra incendios; y mejorar la accesibilidad.
En ese momento, la respuesta del gobierno fue que no había fondos para restaurarlo pero que había proyectos para que se resuelva pronto y que el palacio se convirtiera, además de escuela, en el museo de sordos.
Por esta razón, las aulas, oficinas administrativas y demás actividades que se realizaban en el palacio, tuvieron que mudarse a un edificio al final del patio. Este edificio pareciera de color blanco inicialmente, pero quedó como un color indefinido por el paso del tiempo, es pequeño, cuenta con dos pisos, una forma rectangular y con grandes muros que no permiten su visión en la parte exterior. Mientras tanto, el Palacio quedó fuera de uso esperando sus restauraciones.
Pero finalmente a fin del año pasado, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le comentó a los directores que vacíen el Palacio porque iban a hacer la restauración. "Imaginate la alegría de la directora", comenta Patricia.
Una de las docentes comentó que, a fin del 2021, la dirección de la escuela tuvo una reunión con funcionarios, donde anunciaron que en 2022 proyectaban hacer las obras de reparación. Pero le llamó la atención que participaron integrantes del Ministerio de Educación y también de Desarrollo Económico.
"El palacio fue vaciado por el gobierno y llevaron las cosas a otro lugar, no sabemos dónde las tienen guardadas y cuando las van a traer porque no nos han dado nada por escrito" nos cuenta Patricia.
Una vez adentro, el gobierno dividió el patio, quedando del otro lado parte de juegos didácticos de los chicos, los dibujos y la huerta, y extendieron una gran lona amarilla por la parte exterior del palacio, cubriendo todo el largo del palacio, en la que dice: "Puesta en Valor del Palacio Ceci".
Por otro lado, Jorge Godoy, agregó: "Otra de las cuestiones legales es que el Gobierno de la Ciudad pedía las llaves a la directora, que no es un hecho simbólico, porque esas llaves se entregan con un acta mediante y no hay ni restitución de las llaves, ni acta mediante, con lo cual todavía, de alguna manera, la conducción de la escuela sigue siendo responsable sobre ese patrimonio".
A través del enojo y la incertidumbre, la comunidad organizó un festival en la puerta del palacio. En este Festival, participaron más de 100 personas reclamando que el Palacio vuelva a pertenecer al Ministerio de Educación. Entre ellos se encontraban alumnos, ex alumnos, familias de la Comunidad y docentes de la Escuela. También había vecinos de Villa Devoto que apoyaban la causa, y periodistas que indagaban sobre la problemática, mientras una planilla de firmas circulaba de mano en mano solicitando las obras de reparación, mantenimiento y que no se cambie el uso del palacio.
El ambiente en el Festival era muy hostil, todos parecían conocerse entre ellos y el idioma de señas era el medio para compartir mates y bizcochitos, mientras tanto disfrutaban de las distintas obras de teatro y músicos, pero nunca perdiendo su objetivo: "las llaves del Palacio Ceci no se entregan". Sus caras expresaban preocupación y firmeza. La defensa del palacio era clara.
La voz de una comunidad minoritaria se hizo oír, a través de varias movilizaciones, cuentas de instagram, representantes de los alumnos que llevaron el tema con los medios, periodistas involucrados y carteles y banderas en contra de Larreta.
Patricia, muy enojada, nos cuenta: "Ahora hay un posteo que pone el señor Larreta que dice "la transformación no para", en el palacio se tuvo que detener. La transformación en el palacio la comunidad sorda no la acepta, no la va aceptar. Van a ir hasta las últimas consecuencias."
Además, agrega: "Entiendo que esa gente que no la vivió, la gente de afuera lo ve como un edificio más. Pero para nosotros es nuestra casa, es parte de la comunidad sorda y la que le da la dignidad. Y ellos no van a permitir que se la arrebaten."
Hasta el día de hoy, la incertidumbre inunda a la Comunidad de Sordos, y consideran que la decisión del Gobierno de que allí sea la sede del Distrito del Vino no respeta ni preserva la historia del Palacio Ceci ni su relevancia para la comunidad como hito de su cultura e identidad.